La actual temporada de los años 2022/2023 fue histórica para la uva de mesa del Perú: el país se transformó, por primera vez, en el mayor exportador del mundo. Envió al extranjero 71.404 millones de cajas de 8,2 kilos, aumentando el volumen un 10% en relación con la campaña anterior.
Éste, sin embargo, parece ser solo un paso más en un avance permanente para conquistar el hemisferio norte con uva peruana. El futuro se ve prometedor, no solo por el continuo aumento de productividad del sector, sino también por la apertura de nuevos mercados como Japón, que recientemente aprobó el ingreso de 26 variedades, gracias a un trabajo conjunto realizado por organismos públicos como el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú, SENASA, y por entidades privadas como la Asociación de Productores de Uva de Mesa del Perú, PROVID. Esta labor le permitirá diversificar los destinos de exportación, agregando 125 millones de potenciales consumidores.
En el aspecto comercial, PROVID trabaja con SENASA en la apertura de nuevos mercados, como también en la consolidación y/o mantenimiento de las condiciones comerciales para productores y exportadores, junto con efectuar actividades de promoción a través de ferias internacionales.
Cautelosa alza de la uva
La actividad desarrollada por PROVID le permite a la institución estar al tanto sobre cómo se está desarrollando y podría evolucionar la uva de mesa en el país, tanto desde el lado productivo como desde la perspectiva del consumo. “Este año vamos a ser bastante cautelosos con la proyección inicial de setiembre, puesto que tenemos ciertos eventos climáticos como el Fenómeno del Niño Costero, que estamos experimentando en Perú desde marzo de este año”, apunta el gerente general de la entidad.
Perspectiva para la próxima campaña
De la temporada 2020/2021 a la 2021/2022 en volumen crecimos un 13%; después, de la 2021/2022 a la 2022/2023, que terminó este año, crecimos un 10%. En área crecimos solamente un 2% y 5% respectivamente. Ahí hay ciertos indicadores que pueden decir que podría experimentarse un crecimiento en el volumen por áreas nuevas que entran en producción y debido al desarrollo del recambio varietal que está experimentado el Perú, pasando de variedades tradicionales a licenciadas o patentadas que tienen una mayor productividad. Entonces, si nosotros no consideráramos el Fenómeno del Niño Costero y el Fenómeno del Niño Global, que ya está confirmado que estaría desarrollándose a fines de 2023 e inicios de 2024, podríamos asegurar que va a haber un crecimiento productivo en la temporada 2023/2024. Pero como estamos con estos fenómenos climatológicos, debemos esperar a tener los cultivos en las últimas etapas del ciclo fenológico para hacer una proyección.
Camino a ser industria
Asesores como Oscar Salgado hablan del “negocio” de la uva de mesa en desmedro de emplear el término “industria”. Se trata de una mirada, la industrial, que en opinión de Alejandro Cabrera hay que incorporar al rubro. “Hay iniciativas que llevan a pensar como industria, pero que aún no están del todo implementadas o arraigadas en el pensamiento de todos. Es el camino que tenemos que empezar a recorrer de manera firme, no solamente como un deseo o un anhelo”, comenta el gerente general de PROVID. Esta visión, destaca el ejecutivo, debiera involucrar no solo a productores y exportadores, sino a toda la cadena de valor: proveedores de fertilizantes, agroquímicos, entre otros. “Los genetistas que han permitido que las nuevas variedades se desarrollen en Perú y den ese envión que ha hecho que el país sea el principal exportador de uva de mesa del mundo”.
Fuente: redagricola.com